martes, 17 de diciembre de 2013

Hacia el Polo Norte


Mi navidad hace 2 años...

Después de volver de África, reponernos del largo viaje y asumir que fue una mala idea volver por tierra (por todo el dinero que gastamos)... esperamos la llegada de la Navidad y Año Nuevo con las "vacaciones" de 2 semanas. Pensaba que pasaría las fiestas sola en un país que poco conocía, pero todo cambió porque me fui a Suecia a celebrar, ¡al polo norte! con la familia de Dani.

Pero primero festejamos el cumpleaños de Ago. En una fiesta que tuvo muchos invitados, que por alguna extraña razón solo llegaron hombres (y a las mujeres invitadas se las raptaron los aliens), torta hecha en casa y mucho alcohol.



Después de celebrar y de adelantar todos nuestros trabajos para la Universidad (porque nosotras fuimos a estudiar), hicimos nuestras maletas y nos fuimos a pasar la navidad con nieve en el polo norte :D

Llegamos el 23 de diciembre al aeropuerto de Gotenburgo en Suecia, donde la familia de Dani nos esperaba, con el pequeño detalle que llegamos al segundo y poco conocido aeropuerto, así que esperamos un poco más de lo normal. Y luego nos llevaron a su casa en Skene a unos 50 minutos de Gotenburgo.

Tuvimos que cambiar algunos euros porque en Suecia usan las coronas suecas "kröner" (1euro = 10 kröner).

Nos quedamos en la casa del Ale (el primo de Dani), y compartimos 2 semanas con sus "cachorros" pitbull y su Diana.


Los cachorros gigantes
El Ale paseando a su Diana :)
Agostina y los cachorros
El día 24 tuvimos la cena de navidad. En Suecia se hace a las 6pm porque a esa hora ya es de noche y a los niños les empieza a dar sueño. Comimos cosas típicas de allá (y extrañas) pero que me gustaría volver a probar, además de comida normal. Hasta recibimos regalos, y eso fue algo que no esperaba pero que me hizo feliz. Para ser mi primera navidad fuera de casa puedo decir que igual la pasé en familia, una familia que no era la mía pero que me aceptó igual.

 


Abriendo los regalos que trajo Tomte (el viejito pascuero)

También nos invitaron a pasar el año nuevo, con fuegos artificiales disparados en cada casa (al parecer no era ilegal como en Chile).



Pero nuestras aventuras en Suecia no eran solo celebrar las fiestas, también salimos a recorrer las ciudades cercanas como Kinna, Borås y Gotemburgo. Nos dieron una tarjeta cargada (como una bip!) y fuimos solas en bus a todas partes, cuando nos perdíamos, le preguntábamos a la gente a donde ir... y como no sabemos hablar sueco preguntábamos en inglés por supuesto, porque en el polo norte todo el mundo habla inglés, hasta los choferes de micro.


En algún lago cercano.
Tomteland. Para los niños, aquí vive el viejito pascuero.
Las mejores pizzas de Skene!
Al Valhalla iré cuando muera :D
Y nuestro viaje no podía estar completo sin haber pasado por Noruega! Aquí tuvimos que vovler a cambiar euros porque se usan las coronas noruegas (también se llaman "kröner" pero 1euro = 6-7 kröner). En nuestra búsqueda de la nieve fuimos por 3 días a Oslo en bus (con la ayuda de nuestro amigo Couchsurfing).

Hay algo que vimos en Oslo que nunca nadie creerá: Los Aristocráticos. Mientras dábamos una vuelta por una avenida de nombre extraño, vimos un castillo. Como tenía las luces prendidas, fuimos a mirar por las ventanas. Pero lo que vimos fue los más raro de todo: era una familia grande, con niños y abuelos, y estaban sentados a la mesa comiendo y viendo tele, pero estaban vestidos con ropa del año 1800, y actuaban como si fuera lo más normal y como si todos se vistieran así.

El castillo de los Aristocráticos.
Agostina, aunque el paraguas cueste 5 lucas, es de la calle y se va a romper.

En el museo de historia natural de Oslo.
El único montón de nieve en todo el Polo Norte que pudimos encontrar.

Otra de nuestras geniales ideas fue ir a patinar en hielo y no morir en el intento. Aunque compararse a la gente de la pista que saltaba y se movía como si hubiese nacido con los patines.



Mi motivación personal para ir a Noruega era que allá vivieron los antiguos vikingos. Y por eso fui a un museo vikingo en la península Bygdoy para conocer un poco más de su historia, y quien sabe, tal vez un vikingo real.

Vikingo con sobrepeso detectado en la actualidad :D
Antiguo barco vikingo
Antigua villa vikinga.

Desde la Ópera de Oslo hacia el mar congelado.
Aunque todo era muy, muy caro, aunque no tuve una blanca navidad como quería, este fue uno de mis mejores viajes. Definitivamente volvería a ir allá, y por qué no a Dinamarca y Finlandia también.

lunes, 29 de julio de 2013

Porque esto es África: El Regreso

Continuando con lo de Marruecos... ya de vuelta en Marrakech, a la puerta de nuestro hostal, salimos a recorrer la ciudad con más calma y también a buscar a algo para comer.



Al otro día, después de descansar mucho salimos a conocer más, y fuimos al 'lado adinerado' de la ciudad. Nos dimos cuenta que existe demasiada diferencia en el estilo de vida de la gente. Por un lado, en la plaza del mercado se ve gente pidiendo comida o dinero, con la ropa sucia, y las casas antiguas; pero en el otro sector, se ven grandes edificios modernos, gente bien vestida, hasta un mall con las grandes tiendas, una hummer y un BMW.





También fuimos al 11° Festival Internacional de Cine de Marrakech y vimos una película sobre Chernobyl. 



Plaza del Mercado, Marrakech.

Después de la película, caminando por aquí y por allá, llegamos a un carrito con la comida más extraña que he visto: Sopa de Caracoles... un tazón de sopa de caracoles de tierra. Y la gente se los comía como si fuera lo más normal, como si fuera una Maruchan. El sabor más extraño que jamás probé, y espero no volver a probarlo.





Y esa noche también vimos un gato comiendo de los restos de una vitrina, que antes tenía carne y otras cosas... que probablemente al día siguiente también tendría comida y bacterias.

Gracias al Servicio de Salud.
No comer aquí nunca en la vida!
Y llegó el día de tomar el famoso tren de vuelta a nuestro hogar. El tren de la muerte. Desde Marrakech a Tanger, que estaba en la frontera norte con Europa. Poco más de 10 horas en el tren de noche, que aunque los asientos eran dobles y acolchados, era imposible dormir. Sin servicio de snacks, ni un miserable vaso de agua. Tenía las puertas abiertas entre los vagones, y el frío era insoportable. Nuestra única entretención fue un señor que trataba de no dormir sentado y se le caía la cabeza cada 5 minutos.

21.00 hrs a Tanger.
En Tanger, una ciudad desconocida, a las 7am y todo cerrado. Pero por suerte, sólo era la ciudad de paso a nuestra felicidad. Llegamos al puerto y tomamos un barco hacia la frontera española Tarifa.
En internet decía 20 euros. En realidad valía 35 euros.
Adiós para siempre, África!

Después de una hora aprox. (y una pequeña siesta) llegamos a Tarifa, España. Pasamos por policía internacional y agregamos otro timbre de aduanas a nuestros pasaportes. Y luego, nos subimos a un bus (gratis) que nos llevaba hasta Algeciras, la ciudad más cercana para poder tomar el bus definitivo a nuestro hogar en Valencia. Pasamos por campos eólicos gigantes. 

Y cuando nuestra mala suerte no podía ser más, nos dimos cuenta de que en España era feriado, estaba todo cerrado, el bus más cercano a Valencia salía a las 5pm, y costaba como 65euros cada pasaje, no teníamos ese dinero, y después de probar en 10 cajeros distintos, encontramos uno que sí tenía dinero.

Intentamos hacer dedo, pero en España no funciona mucho, así que nos devolvimos al terminal a comprar los pasajes del bus.

Después de todo lo malo, paseamos por la ciudad muerta en feriado, y estuvimos casi todo el día en la playa jugando con unas cartas que nos encontramos por ahí.


Llegó la hora de tomar el bus de vuelta, no sin antes comprar unos panes con mantequilla salvadores para el camino. 14 horas en el bus más incómodo que nos salvó la vida: Alsa. Pero logramos llegar sanas y salvas a nuestra querida Valencia.

Nos demoramos 2 días en poder llegar a casa, desde que tomamos el tren de la muerte en Marrakech hasta que llegamos a Valencia en el bus incómodo. Y al revivir en facebook, nos invitaron a una cena/carrete, que obviamente aceptamos porque no teníamos ni un miserable pan de molde para comer. Descanso, ducha y comida gratis, no hay nada mejor que eso después de esta extraña aventura.

martes, 25 de junio de 2013

Porque esto es África: Desierto del Sahara

Y siguiendo con el viaje en Marruecos...

Después de recorrer y perdernos en el mercado de la ciudad, y que niños se ofrecieran a mostrarnos la salida del mercado por la módica suma de 10 euros (que claramente rechazamos), encontramos un lugar donde hacían tours. Un francés que nos dio mucha más confianza que los árabes que vimos, nos empezó a hablar de los distintos viajes y tours que se hacían por el país. El que nos llamó más la atención (y el más barato también) fue uno de 2 días y 1 noche al Desierto del Sahara y otras atracciones por el camino. Este fue el dinero mejor gastado y lo que más me gustó de Marruecos: 50 euros cada una. Pagamos nuestra cuota, y al otro día en la mañana un furgón nos pasaría a buscar. El problema fue decirle a "nuestro anfitrión" sobre el viaje, y que también nos ayudara a buscar un hostal barato donde quedarnos cuando volviéramos del desierto. Encontramos uno cerca de la plaza del mercado, 210 dirham diario por una habitación para las 3.

Otro problema era que teníamos planeado volver a España por tierra, así que sacamos unos pasajes de tren desde Marrakech (que está casi en el centro de Marruecos) hasta Tanger (que está justo en la costa del Estrecho de Gibraltar). Además nuestros amigos italianos dijeron que no podrían juntarse con nosotros en Gibraltar porque no tienen pasaporte y no pueden salir de la unión europea. Igual tendríamos que volver por tierra porque los pasajes de avión eran demasiado caros por comprarlos sólo unos pocos días antes del viaje. Así que con los pasajes listos, después de que un taxista nos estafara por llevarnos a la estación de trenes por el precio turista y nuestro hostal reservado, volvimos a casa en taxi con nuestro amigo dueño de casa, y nos cobraron el precio normal solo porque andábamos con un árabe.


Nuestro hogar la primera noche

Y empezando nuestro tour al desierto. Dormimos las primeras horas de viaje por eran las 8am. En un momento paramos a tomar desayuno y nos dimos cuenta que estábamos atravesando la Cordillera del Atlas, y que en el medio de la nada vendían artesanías.






La siguiente parada fue para almorzar, en el pueblo Ouarzazate. Por supuesto nosotros llevábamos sándwich y agua, mucha agua. No podíamos pagar un almuerzo de verdad. 
Mientras hacíamos tiempo, fuimos a explorar las calles pequeñas, y esto fue lo que encontramos.


Seguimos nuestro camino, y ya estaba oscureciendo cuando llegamos a la ciudad de Zagora, que era la última parada para comprar agua y comida antes de ir directo al desierto. Avanzando por la carretera unos pocos kilómetros, nos esperaba un grupo de camellos dromedarios y nuestros guías. Debo decir que andar en camello fue divertido sólo los primeros 15 minutos, después intentaba no caerme, mientras afirmaba mi mochila y trataba de no perder mi cadera. Por 2 horas no es divertido. Pero lo mejor, fue la cena que nos prepararon al llegar, comida típica árabe y fogata bajo las estrellas en medio del desierto. 


Once de campeones en el Sahara.

Y al otro día, el desayuno árabe, donde el té se sirve con la tetera lejos de la taza para que se haga espuma, porque ése es el verdadero té (según nos dijeron). Después, de vuelta a la felicidad de andar en camello. Cuando llegamos al minibus que nos esperaba, llegaron muchos niños a pedirnos cosas, comida, dinero. Ellos vivían en el medio de la nada y probablemente eran huérfanos. La mayoría de los que íbamos viajando les dimos galletas y cosas para comer.

Pasamos de vuelta por Zagora, pero sin parar, y después volvimos a Ouarzazate para almorzar y descansar un poco. Fuimos a explorar y descubrimos que habían unas construcciones muy antiguas, pero que son famosas por aparecer en películas como Babel, La Momia, Gladiador y el Príncipe de Persia. Adentro vivía gente, pintores, artesanos y gente sin hogar. Al salir del edificio, nos dijeron que había que pagar por el recorrido, nos pareció mal por no avisarnos en la entrada, pero tuvimos que pagar igual.


Nos demoramos tanto en explorar que casi nos dejan abandonadas. Pero logramos llegar al minibus, y luego empezamos nuestro largo viaje de vuelta a Marrakech. Y nos dejaron en la puerta del hostal.

Nuestra ruta al desierto del Sahara, a través de las montañas del Atlas.


CONTINUARÁ...